El hábito de las relaciones a través del poder se ha proliferado por la increíble publicidad que ha tenido en toda la historia como un producto de sobrevivencia. El mismo que siempre va acompañado con intenciones de beligerancia y, por eso, se ha establecido y aceptado que todas las estructuras actuales de organización promuevan los enfrentamientos y la separación entre las personas.

Es comprensible que cualquier organización que sea concebida desde esa perspectiva, tanto como las que quieren enfrentarlas, inicien sus preceptos jerarquizando el poder.

 

En un principio las relaciones humanas estuvieron basadas en la fuerza física como en otras especies animales, los grupos de mayor poder tenían mayor posibilidad de sobrevivencia. La cultura de la humanidad parece haber crecido en ese sentido, desde los dioses que generalmente tienen algún o todos los poderes y que han servido de ejemplo para la vida de los hombres, hasta los héroes cotidianos que permanentemente influyen en nuestra mente.

La costumbre de la búsqueda del poder ha aumentado los gobiernos tiránicos, totalitarios y poco democráticos. Porque esa búsqueda permanece constante, mientras que van creciendo las poblaciones cada vez menos representadas.

 

 

En el futuro, luego de algunos siglos de historia humana, se cambiarán ciertos valores del pasado y entre los más importantes está el gran acuerdo de considerar la intención de dominar como un acto de ‘mala educación’.

Esa situación nos convertiría en seres totalmente transparentes, sin temor a nuestra vulnerabilidad y por tanto más libres. Seríamos capaces de abrir voluntariamente nuestras finanzas, nuestras intenciones, nuestro pasado al conocimiento de todo el mundo con la sincera visión de que esa apertura beneficiará al conjunto y como consecuencia a nosotros mismos.

La humanidad logrará que el autoritarismo vaya disminuyendo hasta desaparecer con el desarrollo de acuerdos que irán remplazando al autor único. Todo el diseño propuesto está basado en la ética de cumplir los acuerdos con nuestros semejantes, no en el temor o el control de unos pocos.

 

 

El nuevo objetivo es lograr que se tomen en cuenta las decisiones que escoge una sociedad entera o parte de ella y que tenga el mejor beneficio para el porvenir de sus componentes. Debemos plantearnos cambios basados en las posibilidades que nos ofrece el futuro, expandiéndonos a una serie de optimistas relaciones de representación con el buen uso de las últimas tecnologías.

Aceptamos el hecho de que toda persona que tiene arraigada en la mente la idea de relacionarse a través de la cultura del poder promueve la ‘mala educación’, por ello, desarrollaremos propuestas para mejorar la costumbre de la convivencia igualitaria.

Se discriminarán conceptos, no personas. Las ideas y propuestas irán cambiando, no será una sociedad pacífica en la política, habrá una lucha de planteamientos, pero también, la costumbre del intercambio, de que esas diferencias sean parte de sus vidas. Por eso se propone desarrollar sistemas que faciliten la discusión y fomenten la intervención de todos, promoviendo las relaciones de representación con el buen uso de las tecnologías de comunicación para el desarrollo de la práctica de los acuerdos.

Para lograrlo debemos mejorar la DEMOCRACIA del futuro.

 

 

 

1. Contribuir con tecnologías que faciliten, el desarrollo y la eficiencia de los acuerdos en general. Para lograrlo debemos crear redes y softwares que dejen permanencia de las ideas y aportes para la superación de las intenciones de poder.

2. Identificar los hechos de poder en la vida diaria, en la organización y en el internet; para lograr superarlos dentro de una discusión generalizada.

3. Superar la influencia destructora que tiene el poder con suficiente información de actualidad.

4. Publicitar el cambio de costumbres que nos hacen dependientes de los conceptos que incentivan el poder.

5. Proponer cambios sobre los monumentos acostumbrados. En las plazas las obras de arte remplazarán a los héroes montados en caballo.