Con el avance de la tecnología sabemos que en el futuro, el tiempo dedicado al trabajo será menor. La humanidad tendrá cada vez mejores máquinas que irán remplazando el tiempo de trabajo. Por eso, podemos predecir que el trabajo en todo el transcurso de la vida de una persona será una pequeña fracción del tiempo que le dedicamos en la actualidad y siempre irá en disminución.
Se espera que cada trabajador podrá determinar cómo desea ocupar su tiempo, cada persona tendrá la libertad de escoger el trabajo que desea realizar y el tiempo que le dedicará al mismo. También tendrá la opción de cambiarlo cuando mejor le convenga. O sea que, todos tendrán la libertad de decidir la forma de ocupar su tiempo y escoger a las personas con las que desea compartir el trabajo.
En el futuro la palabra "empleo", como es el uso de una persona por otra, dejará de existir; si a esto le sumamos que las maquinas harán casi todo el trabajo, el futuro será una sociedad pacífica en relación al trabajo. No solamente se superará la desigualdad de oportunidades, la prohibición de escoger el trabajo y la dependencia del mismo, sino que también la sociedad del futuro asegurará que nadie se aproveche de las necesidades de otros. Ya no habrá un desperdicio del tiempo en las luchas por la retribución justa y la defensa de los trabajadores, por lo que en el futuro también desaparecerán los sindicatos.
La cultura del futuro tendrá establecido que ningún individuo puede ser afectado en su salud (mental o física) por el trabajo que realiza, existirán métodos estadísticos, clínicos y sociales para evaluar permanentemente la salud de cada uno. De esta manera el estrés quedará desechado porque afecta a la propia naturaleza del individuo y a sus relaciones con los demás.